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MÁSTER UNIVERSITARIO EDUCAR EN LA DIVERSIDAD, por Olga M. Alegre de la Rosa

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jueves, 3 de septiembre de 2015

LECCIÓN 2. ¿Qué son estándares o normas de actuación del estudiante?

2.1 ¿Qué son estándares o normas de actuación del estudiante?



Antes de que pueda enseñar o evaluar con eficacia a los estudiantes, necesita evaluar lo que deben saber y poder hacer. Es decir necesita un buen sistema de estándares. ¿O necesita metas? ¿U objetivos? Los estándares, las metas y los objetivos son todas las descripciones qué los estudiantes deben saber y poder hacer. ¿Así pues, en qué son diferentes? Distinga estándares de otras declaraciones de actuación del estudiante sobre todo a lo largo de dos dimensiones: 1) amplitud de la cobertura de los términos, y 2) viabilidad de la medida y de la observación.





Amplitud de la cobertura de los términos

Una declaración de la misión de las titulaciones o de las universidades es típicamente una manifestación amplia acerca de lo se piensa que los estudiantes necesitan saber y poder hacer cuando se gradúen. En torno a 50 palabras más o menos, las declaraciones sobre la misión intentan comunicar a toda la comunidad universitaria y a la sociedad los propósitos educativos de una institución. Un ejemplo de una declaración de misión puede ser:

"Todos los estudiantes de la ULL serán ciudadanos responsables, comunicadores y colaboradores con su entorno social, y eficaces en la resolución de problemas."

Una buena declaración de una misión puede proporcionar una guía útil contra la cual se pueda comparar el progreso educativo para evaluar si se está siguiendo una trayectoria constante y productiva. Por ejemplo, si la ULL adoptara la declaración antedicha, diseñaría todas las titulaciones de forma que promoviera la comunicación, la colaboración y la solución de problemas eficaces. El contenido disciplinario no se olvidaría. En su lugar, sería el centro de atención para que los estudiantes aprendieran a comunicarse en matemáticas, a colaborar en la construcción de nuevos conocimientos y a solucionar los problemas específicos de la ciencia, de los estudios sociales, de las bellas artes, etc.

Para dar sustancia a una misión, las titulaciones identifican a menudo un sistema de metas que definen más específicamente las expectativas de los estudiantes. Las metas se subdividen para identificar estándares. Considerando que las metas son declaraciones amplias que cruzan áreas de contenido, los estándares, particularmente los que se basan en contenidos, tienden a ser declaraciones específicas de una titulación, área de conocimiento, material, etc. Sin embargo, muchos estándares se escriben teniendo en la mente el egresado de una titulación. Para proporcionar una dirección a las materias y cursos anteriores de una titulación, los estándares de corte (benchmark standards) describen qué progreso debería haber hecho un estudiante de primer ciclo antes de pasar al segundo ciclo de una titulación o a un postgrado.

Bajando la pirámide, las declaraciones de lo que los estudiantes deben saber y poder hacer son cada vez más reducidas, concretas y específicas y, por lo tanto, más numerosas dentro de una titulación. Las más específicas y más numerosas son las declaraciones sobre objetivos. Los objetivos se escriben típicamente a nivel de un material o de una lección.

Viabilidad de la medida

Los cuatro tipos de declaraciones presentados en la pirámide (misión, metas, estándares y objetivos) se pueden también distinguir si son favorables o no al concepto de evaluación. La misión y las metas son declaraciones que se escriben típicamente para compartir una visión amplia, no son estándares de corte que se vayan a medir. Así, su redacción generalmente no las hace favorables a la evaluación. De otra parte, los estándares y los objetivos se escriben teniendo en mente la medición. Por lo tanto, esas declaraciones necesitan describir el comportamiento observable de un estudiante.

Aunque el término estándar haya estado en el campo de la educación durante mucho tiempo, ha llegado a ser más predominante en estos últimos años conforme ha despegado el movimiento de la evaluación auténtica. Creo que ha llegado a ser más prominente que otras declaraciones sobre el comportamiento por dos razones. Primero, como objetivos, los estándares son favorables a la evaluación, que es un requisito necesario para diseñar una tarea. En segundo lugar, la naturaleza más amplia del estándar frente al objetivo es consistente con su énfasis en las tareas auténticas y complejas de una evaluación auténtica que cruzan más de un período de clase, más de un asunto y a veces más de una disciplina.

Así, un buen desarrollo de una evaluación auténtica comienza con la identificación de un sistema de estándares para los estudiantes. Los esfuerzos nacionales para redactar estándares se han centrado típicamente en el contenido de las disciplinas. ¿Pero qué decir de las capacidades de pensamiento crítico, de las habilidades de solución de problemas, o de las habilidades de colaboración y desarrollo personal? Esas habilidades altamente valoradas no se incorporan fácilmente en los estándares de contenidos y, así, se omiten a menudo o se les presta escasa atención. Con todo, los estándares deben capturar lo que valoramos más y lo que la mayoría quisiéramos que nuestros estudiantes aprendieran. Así pues, debemos considerar incluir esas habilidades en los estándares.

Referencias

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Luis Miguel Villar Angulo & Lumivian

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